martes, 30 de agosto de 2011

"BUSCO ESE MILAGRO DE LA VIDA QUE SE TRANSFORMA"

ENTREVISTA A PIPO LERNOUD:

POR OSVALDO QUINTANA

Yo no me siento poeta, pero escribo

poesía. No me siento agricultor pero

he hecho agricultura orgánica. Tampoco

soy editor de revistas sin embargo hice

tres. Para mí es muy importante hacer

cosas en el mundo concreto: editar revistas,

libros de poesía, leerlas, convertir

mis poemas en canciones, hacer agricultura

orgánica”.

Dice que está por construir una casita en

la Patagonia, frente al Bolsón, para tener

una chacra y poder escribir; que hace

poco, luego de 43 años, volvió a componer

una nueva letra junto a Pablo Dacal,

y que otros tres grupos están haciendo

temas con textos suyos. “Es como el regreso”-

define - , y cuenta de su entusiasmo

con la nueva generación de músicos y

compositores con quienes suele subirse

a los escenarios. “Estoy viviendo una

experiencia muy parecida a la de

la Cueva”, afirma, haciendo mención al

boliche donde prácticamente nació lo que

luego se llamaría rock nacional. Una historia

que lo tuvo como protagonista.

Cuando saqué mi libro de poesía me di

cuenta que, de alguna manera, a través

de las cosas que hago estoy diciendo lo

mismo. En la poesía digo que pertenecemos

al universo, que venimos desde

que se produjo el big bang y estamos

compuestos por la misma sustancia que

los planetas. Tomamos forma, vamos a

perderla y volver a ser de la misma sustancia

de que está hecha la tierra. Eso

también lo ves en la agricultura orgánica:

cuando reciclas el material para

hacer abono te das cuenta que las pajas

del maíz se convierten en tierra negra.

Todos nos convertimos en tierra negra.

Eso me maravilla y apasiona. Busco ese

milagro de la vida que se transforma, en

las notas, en lo que escribo. Después, me

encanta el rocanrol, escribo sobre el rocanrol”.

Me cuesta definirme”, insistirá Pipo

aunque, con el trascurrir de la entrevista,

elegirá reconocerse como periodista.

Después sacará cálculos y concluirá

contando que acaba de cumplir 43 años

dentro de lo que algunos definen como

periodismo de rock. Desde la revista artesanal

La Mano una temprana publicación

que intentaron sacar junto a Moris, en el

66, pasando por la Expreso y Canta Rock

hasta la recientemente desaparecida La

Mano, junto a Roberto Pettinato.

Fuiste fundador de revistas que hicieron

historia. ¿Qué significó el Expreso

Imaginario para vos?

Hubo tres puntos del Expreso que me

marcaron e hicieron la persona que soy.

Uno, el reportaje al músico brasilero Egberto

Gismonti. Nosotros veníamos del

rock y, aunque poseíamos una formación

bastante abierta, teníamos una visión limitada

de las cosas. El tipo nos hizo ver

que estábamos en un continente lleno de

vida con millones de cosas para hacer,

mixturar y descubrir. Y que todo podía

hacerse con muy pocos elementos. Lo

segundo fue el reportaje a Gary Snyder,

un personaje del libro “Los vagabundos

del Dharma” el libro de Jack Kerouac,

que cuenta su encuentro con Snyder. El

personaje es un escritor, poeta, budista y

antropólogo que viajó por todo el mundo.

Juntos van a descubrir las montañas,

los ríos y los bosques donde no hay nadie.

Narra la aventura de descubrir sus miedos,

soledades y asombros en medio del

bosque y trepando montañas. Después

Atahualpa Yupanqui, la síntesis de lo que

es este país apenas salís de Buenos Aires.

Y habiendo vivido en el campo, me significó

mucho. ¿Vos sabes la anécdota de

ese reportaje? Después de conocer a Atahualpa

yo me dije “tengo que hacer una

investigación de qué carajo es el folklore

hoy”. Entonces fui a Cosquin llevándome

la revista con tapa de Atahualpa.

En ese momento le habían levantado la

prohibición y estaba en una conferencia

de prensa. Y allí dice:” porque la mejor

entrevista que me han hecho fue de unos

muchachos del rock, de la revista Expreso

Imaginario”. Yo estaba ahí y casi me

muero”.

BASTIÓN DE RESISTENCIA JUVENIL,

vehículo aglutinante frente a tanta

oscuridad. ¿Por qué no existe hoy una

revista como el Expreso? ¿Es posible el

surgimiento de una publicación de estas

características? Pipo cuenta que en alguna

de las FLIA (Feria del Libro Independiente

y Autogestionada) suele dar

una especie de conferencia proyectando

imágenes de la revista y siempre termina

preguntando lo mismo. “Nunca encontramos

respuesta”, confiesa. “Está la típica,

“porque contra Videla estábamos mejor”,

contra una persecución muy grande

estábamos unidos y con objetivos más

claros”. Yo pienso que en este momento

existen muchas distracciones: la gente

está más en Tinelli o la política de todos

los días y no tiene ganas de pensar en los

temas que planteaba el Expreso”.

Para Lernoud la tendencia inevitable es

que la gente lea por Internet. “Estoy haciendo

videos de poemas para subir a

YouTube, me parece el método del futuro.

Tengo un blog donde escribo lo que

quiero y sin límite de lectores (*). En una

Hundiría las manos en ella / y me brillarían voces en los dedos. (Emilio Zolezzi)

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compañeros.de.viaje

revista de papel hay muchas limitaciones, pero amo el papel

escrito. Ahora con el facebook la gente tira opiniones livianamente.

Antes tenías que sopesar mucho, era muy difícil, además

de peligroso”.

¿Cómo ves al periodismo hoy?

En este momento estoy muy entristecido con la pelea entre el

periodismo oficialista y el clarinista. Veo un nivel muy bajo de

discusión. Creo que se tiran mierda con un ventilador.

No hay discusión, hay chicana.

Claro, pura maledicencia. Me parece que de golpe nos pusimos

partidistas. A quien se corre un poquito de la ideología oficial le

cortamos la cabeza. Existen enfrentamientos que no veo desde

los 70. Por esos años yo viví muy fuertemente la quebradura

de nuestra generación: los militantes y los rockeros, por ejemplo.

Y toda la cosa de nosotros somos los que tenemos todas

las respuestas porque leímos a Marx, Fanón o a quien carajo”.

Fue muy doloroso ese proceso de pelearse con amigos. Mi mejor

amigo fue el primer Montonero muerto. Tuvimos discusiones

terribles cuando dijo que empezaría a andar armado. Y,

aunque en este momento no se habla de armas, estamos en un

espacio de intolerancia muy fuerte. Eso sucede en el periodismo

político, pero cuando se producen estos enfrentamientos todo

se convierte en político. Yo no estoy con el gobierno ni contra él.

De pronto Lernoud titubea. Parece arrepentido. “Tengo miedo

de lo que digo cuando se tocan estos temas, pienso que será distorsionado

– confiesa - Porque todos tienen como una agenda,

y eso me rompe las pelotas”. ¿Ustedes cómo lo ven?, nos interroga.

Después menciona una de las características esenciales

que tuvo la Expreso: “¡Lo más importante fue que marcó

su propia agenda y va fangulo! Porque si vas a discutir

lo que discute todo el mundo, es tremendo. En este momento

el nivel de nuestro periodismo es bajísimo por este problema.

Conozco muchos periodistas peleados entre sí, y no me gusta”.

¿Pero de donde surgió este conflicto entre pares?

Hasta cierto punto pienso que es un manejo del gobierno que

se fabricó un enemigo con Clarín. Me sorprende que tipos como

Víctor Hugo Morales, de un nivel de cabeza muy interesante,

hoy estén convertidos en chirolitas del gobierno.

En realidad es más fácil criticar al gobierno que a la oposición.

Por ejemplo, la minería, o esa cosa desastrosa que han hecho

con la ganadería. Eso me preocupa, me da bronca y puteo, lo

haya hecho Cristina, Macri o cualquiera.

Últimamente cada vez que voy a decir algo me preocupo en

aclarar: estoy de acuerdo en algunas de las cosas que hizo este

gobierno, porque no me considero opositor.

Tenés que atajarte, aclarar que no sos de derecha.

Claro, sos periodista y estás paranoico. Van a pensar que

sos esclavo de Magneto o de Mariotto. Si te corriste un

poquitito, chau. Es un pensamiento estalinista. Los medios manejados

por el gobierno, que son muchísimos, son prácticamente

fotocopias. Eso empobrece la discusión.

POR LOS AÑOS 70 el retorno a la naturaleza se presentaba

como una alternativa posible a las grandes concentraciones urbanas

cada vez más invivibles. Aunque, claro, una cosa era cantar

vamos al campo” y otra muy distinta llevar eso a la práctica.

La tierra era algo más que una palabra y de lo que se trataba, por

entonces y siempre, era de predicar con el ejemplo.

¿Cómo surgió tu interés por la agricultura ecológica?

En el 68 me fui a vivir a Capilla del Monte con Miguel Abuelo,

Tanguito y una pareja que tenía. Estuve casi un año, hice una

huertita. Cuando Miguel y Tango se volvieron yo me quedé.

Poco después, a partir del Expreso y la sección “Guía práctica

para habitar el planeta tierra” se conformó un grupo interesado

en la agricultura ecológica. Cuando terminó la revista,

armamos una cooperativa de compras llamada “Al pan, pan”.

Funcionó muy bien. Nos conectamos con gente del Bolsón, de

San Marcos Sierra y de Mendoza. Se crearon otras cooperativas.

Este proceso duró dos años, de ahí salió la primera estructura

de agricultura orgánica en Argentina: CENECOS, Centro

de Estudios de Cultivos Orgánicos. Yo organizaba los cursos y

sacaba ciertas publicaciones. Al tiempo empecé a hacer agricultura,

compramos una chacrita cerca de Chascomús, comenzamos

a producir y mi mujer se puso a vender. Una distribución

a domicilio. Paralelamente teníamos esta asociación que

era miembro de la Federación Internacional de Movimientos

de Agricultura Orgánica que reunía a todos los movimientos,

con dos millones de miembros en todo el mundo, la mayoría

asociaciones de campesinos. De esa federación yo llegué a ser

vicepresidente.

¿Cómo ves la política de medio ambiente de este gobierno?

No hay políticas de medio ambiente en el país, es más, creo que

nunca existió una política coherente en ningún gobierno. Ya

mencioné la destrucción de la industria cárnica. Hasta hace

unos años nuestro país simbolizaba en el mundo la carne natural.

Hoy, para dejar espacio a la soja, han estimulado

los feedlot que consiste en reunir a todas las vacas en un corral

cerrado, llevarles la comida y sacarles la bosta. Dos trabajos

que hacia la vaca hoy se hacen gastando nafta, a veces

dejando la bosta en zanjones y contaminando las napas. Un desastre

ecológico mayor. En este momento se está subsidiando

feedlot, Hace un par de años salieron en los diarios los grandes

negociados. Peor aún es el desastre ecológico. Vas a cualquier

supermercado, miras un corte de lomo y notás que tiene como

hilos de grasa en el medio del músculo. Cuando la carne era

de pradera y las vacas caminaban eso no existía. Hoy, como

no caminan y su dieta es 90% grano, tienen una cantidad de

grasa intramuscular. Por eso los problemas de obesidad en Estados

Unidos. Este tema del feedlot generará en 15 o 20 años

un aumento de la obesidad, de la hipertensión y la diabetes.

Los problemas ecológicos y de salud están entretejidos. Nadie

plantea este tema que hace a la salud de la población. Antes

alimentábamos a los reyes, porque teníamos la mejor

carne y los mejores granos, ahora alimentamos a

las vacas europeas. En aras de un supuesto negocio, que no

lo es, en vez de exportar cosas más certificadas, vamos a un

producto con menos valor agregado. Este gobierno, además,

ha cometido errores graves, por ejemplo el tema de la minería

a cielo abierto, que empezó Menem, continuó esta gestión

y es el negocio de varios gobernadores amigos. Para sacar

un anillo de oro necesitan destruir veinte toneladas de

montañas. Y el arsénico que se usa para separar el oro va a

las napas de los ríos. Si se contaminan, se acabó todo. Creo que

el medioambiente somos todos. Estamos formados por los mismos

elementos que forman las plantas, los animales y el suelo.

Como decía Atahualpa, “somos tierra que anda”. Al morir volveremos

a convertirnos en tierra. No hay una separación entre

el hombre y la naturaleza. No hay conciencia de eso.

¿Creés que esta sociedad es más libre que ayer?

Creo que es más libre pero también está más distraída. La maquinaria

de distracción es mucho más poderosa que cuando

éramos jóvenes. Cuando me dicen: “ah la época de la Cueva era

bárbara”, yo le digo: “no era bárbara para nada”. Nos echaban

de casa por pelo largo, te echaban del laburo, del colegio.

Íbamos en cana todo el tiempo. Era muy difícil hacer el amor

con tu novia. Se suponía que todos debían llegar vírgenes al

matrimonio. Hoy todos puede tener el pelo largo y convivir con

su novia. Sin embargo, tenes a Tinelli que lleva de la nariz a las

masas. Hay una maquinaria de entretenimiento y distracción

muy fuerte que parece divertida, moderna e interesante,

pero en realidad es fuertemente distractiva. Hoy es muy

Con Vanda Shiva

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Cuando en 1998 se encargó de organizar

el Congreso Mundial de la Federación que

se realizó en Mar del Plata, Pipo tuvo la

oportunidad de reencontrarse con mucha

de aquella generación: la que se fue

al campo, hippies que armaron granjas y

huertas, los que iniciaron el movimiento

orgánico y ecológico en todo el mundo,

por ejemplo The Farm, unos hippies que

crearon una granja enorme en Tenesse,

Estados Unidos, donde además hacían

parto natural. Una organización de mil

familias muy admirable que dura hasta

estos días. “Gente que han logrado cosas,

que laburan sacando productos de

muy buena calidad y están vendiéndole

al mundo. Tipos que trabajan con pequeños

productores en lugares perdidos en

la montaña. A mí me hizo mucho bien

ver eso porque hay un nivel de trabajo

concreto, es gente que realmente está haciendo

cosas.

¿Sos optimista respecto al futuro?

Yo pienso que si desaparecemos no hay

ningún problema. Creo que el futuro es

un agujero negro. Todo esto va a desaparecer

dentro de unos cuantos miles

de millones de años en un agujero negro,

va a acabarse de la misma manera que

empezó: con el Big Band. Eso me parece

parte del chiste. Morir me parece muy

importante, tanto como vivir. A lo mejor

esto es un instante. Toda la civilización

humana no es más que la consecuencia

del cerebro, que es una configuración que

produjo la naturaleza como la cosa más

compleja, que evolucionó hasta llegar al

cerebro humano. Los monos tienen herramientas,

los humanos empezamos a

desarrollarnos culturalmente y a desarrollar

todo lo que nos rodea. Creemos

que esto es lo importante en el mundo y

es nada más que un pedo en el espacio.

Hay miles de millones de galaxias donde

esto no tiene ninguna importancia. Yo

creo que no hay que apegarse. Si esto

termina mañana, habremos vivido

una buena experiencia. Yo soy básicamente

optimista. Creo que esta experiencia

de vivir es maravillosa.

¿Para que pensás que estamos acá?

Creo que no estamos para nada. No hay

un objetivo. La vida se creó espontáneamente.

El desarrollo del cerebro humano

es también espontaneo, un resultado de

la evolución. No hay un dios. Creo que

somos una casualidad, podemos desaparecer

mañana y pueden aparecer otras

cosas mejores.

¿Pero, con qué incentivo nos levantamos

cada mañana?

¡Porque cada segundo de la vida es un milagro!

No necesito pensar que me estoy

levantando para algo ulterior, o para ir

al paraíso. ¿Para qué te levantas? Para vivir,

porque la vida en sí es maravillosa. El

hecho de poder levantarte es un milagro.

El hecho de poder pensar y decir “hoy es

sábado, llueve”, que se yo, no sé. No hay

nada más. No hace falta dios, No hace falta

nada. Esto que esta acá, esto que sos vos,

que soy yo, es lo que es. Todo lo demás sólo

es ponerle colores, decorarlo.

jueves, 25 de agosto de 2011

Una conversación con Borges, 1980

Una conversación con Borges, 1980

Revista Teritorios, Colombia

Reportaje: Pipo Lernoud

Fotos: Uberto Sagramoso

Leído en casi todos los idiomas y nominado varias veces al premio Nóbel. Jorge Luís Borges ocupa un lugar muy destacado en el ámbito de los escritores de habla castellana. Esto no le impide llamarse a si mismo “impostor y charlatán”, continuando así con un viejo juego que ha mantenido durante toda la vida: el de tirar la piedra y esconder la mano. Mientras tantos fervorosos admiradores y detractores lo cubren de nombres altisonantes ante sus explosivas declaraciones que suelen trascender el campo de lo literario para tocar delicados tópicos políticos…

Son las diez de la mañana de un calido día de otoño en Buenos Aires. Rumbo a casa de Jorge Luís Borges, cruzamos por la plaza San Martín. Es en esta plaza donde eventualmente podemos encontrar por las tardes al escritor que pasea, con su paso frágil, como buscando los últimos rayos del sol.

Una empleada un tanto cautelosa abre la puerta del viejo departamento céntrico en cuyo interior sorprendemos a Borges terminando su matinal plato de corn flakes. Después de las excusas y los saludos, iniciamos otra conversación con Borges. A nuestras preguntas, el escritor contesta dejando traslucir, detrás de su voz aparentemente insegura, una profunda lucidez.

En cuanto a desentrañar los misterios del universo puede decirse que poco hay de nuevo. Pero como encuentro placer en esa búsqueda infinita, se que me pasaré la vida buscando soluciones y no las encontraré. Me parece una aventura muy grata.

Usted declaró hace un tiempo que, en ocasión de haber sido condecorado por el general Pinochet, insistió en hablar sobre Pablo Neruda…

Pues si, cuando al cabo de un rato un miembro del comité del agasajo me dio a entender que Neruda era un tema un tanto prohibido yo le dije: “Que pena no haberlo sabido antes, si no hubiera hablado mucho mas…”

¿Piensa ganar el próximo premio Nóbel de literatura?

Eso me tiene absolutamente sin cuidado. Es un premio otorgado claramente bajo influencias de tipo político y yo soy un escritor.

¿Es verdad que no sabia que la Argentina había ganado el campeonato mundial de fútbol?

El fútbol es otro tópico que me tiene sin cuidado. Es un deporte que genera violencia e incentiva nacionalismos extremos y enfermizos.

Con respecto al pasar la vida buscando soluciones, ¿está usted seguro de no poder encontrarlas?

Si, tengo esperanzas de no encontrarlas nunca. Lo que importa es la búsqueda. Cuando uno se encuentra incomodo porque ha perdido u olvidado algo, es porque sospecha que en ese olvido hay una especie de grieta por la que uno va a empezar a olvidarse de todo y se va a desintegrar; y quiere recordarlo todo para asegurarse de que no este cayéndose a pedazos…

“A un ciego le quedan pocas cosas…”

¿Qué piensa encontrar después de la muerte?

Podemos estar tranquilos. Sospecho que, felizmente, no encontraremos nada. Podemos dejar de lado todos esos temores acerca del cielo y el infierno. Seria absurdo creer que Dios esta pensando en mí, como si yo estuviera pensando en una hormiga. Yo no soportaría seguir siendo Borges después de haber sido enterrado, sería una intolerable pesadilla. ¿Por qué insistir tanto con un ser pasajero, condenarlo a cargar con el peso de su propia memoria?

Dios, si existe, ¿no estará interesado en sus criaturas, como usted en los personajes que ha creado?

Yo no estoy interesado en mis personajes. Me olvido de mis libros una vez que están terminados, me interesan solo antes de escribirlos. Si yo fuera Robinson Crusoe estaría en mi isla desierta dedicado a la literatura y a la especulación metafísica. ¿Qué otro destino me queda? A un ciego le quedan pocas cosas y una de ellas es el trabajo, aunque tiene que realizarlo en condiciones bastante adversas. Yo, por ejemplo, cuando concibo un poema o un cuento tengo que esperar a que venga alguien a visitarme para poder dictárselo.

(En este momento aparece la empleada de servicio que retira el plato vacío y deja frente a Borges una gran taza de plástico llena de té con leche. El la toma entre las manos y bebe unos sorbos mientras fija en nosotros esos ojos débiles que, curiosamente, parecen verlo todo.)

Usted ha viajado hace un tiempo a los Estados Unidos, ¿Cómo ven allí la literatura latinoamericana?

La ven de un modo erróneo, piensan que es toda una. Yo insisto: la literatura latinoamericana no existe, por lo menos yo no creo en ella, me siento argentino y no latinoamericano…

¿Cómo encontró a los estudiantes norteamericanos durante las clases que dictó en los Estados Unidos?

Los encontré interesados pero creo que allá el sistema de enseñanza es erróneo. Ante todo hay una lectura obligatoria y la lectura debería ser un placer. Hablar de lectura obligatoria es como hablar de amor obligatorio, respiración obligatoria y latidos de corazón obligatorios. Los estudiantes leen solo lo que los profesores les indican y nada mas, les hacen aprender todas las cosas de memoria.

¿Y como encontró a la juventud en general?

Noté en todos ellos una gran soledad. Viven en un mundo muy burocrático. En Rusia supongo que se impone la esclavitud, pero en Estados Unidos sucede algo peor porque la gente busca esa esclavitud, está cómoda adentro de ella. Ellos lo llaman el “american way of life”; yo no entiendo como un país que fue esplendido en el siglo XIX ahora pueda dar una impresión de vida tan mecánica, tan vacía y tan triste…

Walt Whitman soñó con un pueblo de seres independientes y libres, gozadores del universo. ¿Usted piensa que estos sueños se han cumplido?

No, pienso que no se han cumplido. Ha ocurrido exactamente lo contrario. Yo pienso en esos hombres de genio del siglo XIX, que eran ante todo grandes individuos, yo pienso en Emerson, en Thoreau, Melville, Emily Dickinson. Pienso en ellos perdidos irremediablemente en un mundo mecánico, repetitivo, casi de espejos. Yo no podría vivir mucho tiempo allí. Ese “american way of life” es mas poderoso que los individuos.

¿Y los jóvenes que están buscando una alternativa?

Ellos, dejándose la barba y el pelo largo también están dentro del sistema, la rebelión tiene que ser algo mas inteligente que salir desnudo a la calle. Los que se creen rebeldes también son parte del sistema, del mismo modo que el infierno forma parte del cielo o el demonio es el reverso de Dios…

¿Qué opina de aquellos escritores como Baudelaire o Huxley que inspiraron parte de su obra en las experiencias con drogas alucinógenas?

Yo no creo en eso. Creo que De Quincey, el más ilustre de todos ellos, hubiera hecho igualmente su obra aun sin haber probado el opio. Ningún estimulante puede enriquecernos, solo puede darnos lo que ya tenemos. Nuestras experiencias, por limitadas que sean comparadas con la suma de todas las experiencias posibles, nos darán sólo lo que seamos capaces de encontrar.

(Las manos de Borges tantean la mesa. “¿Hay unas píldoras por aquí?” se las alcanzo, una pequeña y otra grande, ambas blancas. “Esto es una superstición mía, dice riendo, porque las tomo sin saber lo que son. Confío en el medico, pero a lo mejor es tan impostor y charlatán como yo…”)

(Mientras nos trasladamos a la salita contigua, Borges cuenta como, en el sur de Brasil, en Río Grande, le sucedió algo que lo marcó por el resto de su vida: vio matar a un hombre a balazos. Es quizá por eso que muchos de sus cuentos que relatan acciones violentas ocurren en esa zona. Estamos ya en los sillones dispuestos junto a una gran ventana)

“Las mujeres se creen el centro del Universo, pero éste ofrece otras posibilidades…”

¿Cómo relaciona su literatura metafísica con los nuevos conceptos de la ciencia?

Me interesé mucho en esos temas pero no llegué a profundizarlos. Yo soy casi incapaz de desarrollar pensamientos abstractos. Una vez intenté escribir una Nueva Refutación del Tiempo, pero me burlaba de mi trabajo al ponerle el titulo. Si el tiempo no existe no puede haber nada nuevo. Una persona me señaló la incoherencia y yo le dije: “Oh, caramba, fue una distracción mía, perdóneme…”.

He tratado de comprender lo que decían Russell y Einstein sobre los conceptos científicos e incluso he publicado algunos trabajos en revistas populares en torno a la cuarta dimensión y al espacio curvo, pero no tengo derecho a hablar sobre estos temas que van mucho más allá de mí. La gente me atribuye a veces una erudición que no tengo.

Con respecto al concepto de la memoria, que tanto peso parece tener en parte de su obra, los hindúes hablan de un registro “akáshico”, donde están contenidas todas las cosas que son, fueron y serán…

“Si, es la idea de la eternidad. El poeta irlandés Yeats también tenia ese concepto, probablemente tomado de los hindúes, y lo llamaba la gran memoria. Aunque yo creo que el se aferraba a esa idea porque en su vida personal era muy infeliz. Estaba enamorado de una mujer que no lo quería y renunció a muchas otras experiencias amatorias y eróticas pensando que eso no importaba porque el podía recurrir a la memoria “akáshica”. Un gran poeta no puede pasarse la vida pensando en una mujer, eso es algo enfermizo y limitado, se habrá dicho Yeats en su fuero interno. Lo que en realidad sucede es que las mujeres cometen el error de creerse más importantes que el centro del universo, pero el universo ofrece otras posibilidades.

(Borges nos muestra un grabado que cuelga de una pared de la sala y nos cuenta su extraña historia: “Mi bisabuelo acababa de morir cuando llamaron de urgencia al maestro pintor para que quedara un retrato del difunto. Le dijeron al artista de qué color eran sus ojos que ya estaban cerrados, le pusieron el uniforme y éste es el resultado: la viva imagen de un muerto…”)

La última pregunta es la siguiente propuesta: Imagínese a Borges, personaje de sí mismo, que logra regresar de la muerte, ¿Qué nos puede contar sobre ella?

Bueno, justamente en estos últimos tiempos ando viviendo esa aventura, en cuanto termine la historia prometo contársela con lujo de detalles.