jueves, 25 de agosto de 2011

Una conversación con Borges, 1980

Una conversación con Borges, 1980

Revista Teritorios, Colombia

Reportaje: Pipo Lernoud

Fotos: Uberto Sagramoso

Leído en casi todos los idiomas y nominado varias veces al premio Nóbel. Jorge Luís Borges ocupa un lugar muy destacado en el ámbito de los escritores de habla castellana. Esto no le impide llamarse a si mismo “impostor y charlatán”, continuando así con un viejo juego que ha mantenido durante toda la vida: el de tirar la piedra y esconder la mano. Mientras tantos fervorosos admiradores y detractores lo cubren de nombres altisonantes ante sus explosivas declaraciones que suelen trascender el campo de lo literario para tocar delicados tópicos políticos…

Son las diez de la mañana de un calido día de otoño en Buenos Aires. Rumbo a casa de Jorge Luís Borges, cruzamos por la plaza San Martín. Es en esta plaza donde eventualmente podemos encontrar por las tardes al escritor que pasea, con su paso frágil, como buscando los últimos rayos del sol.

Una empleada un tanto cautelosa abre la puerta del viejo departamento céntrico en cuyo interior sorprendemos a Borges terminando su matinal plato de corn flakes. Después de las excusas y los saludos, iniciamos otra conversación con Borges. A nuestras preguntas, el escritor contesta dejando traslucir, detrás de su voz aparentemente insegura, una profunda lucidez.

En cuanto a desentrañar los misterios del universo puede decirse que poco hay de nuevo. Pero como encuentro placer en esa búsqueda infinita, se que me pasaré la vida buscando soluciones y no las encontraré. Me parece una aventura muy grata.

Usted declaró hace un tiempo que, en ocasión de haber sido condecorado por el general Pinochet, insistió en hablar sobre Pablo Neruda…

Pues si, cuando al cabo de un rato un miembro del comité del agasajo me dio a entender que Neruda era un tema un tanto prohibido yo le dije: “Que pena no haberlo sabido antes, si no hubiera hablado mucho mas…”

¿Piensa ganar el próximo premio Nóbel de literatura?

Eso me tiene absolutamente sin cuidado. Es un premio otorgado claramente bajo influencias de tipo político y yo soy un escritor.

¿Es verdad que no sabia que la Argentina había ganado el campeonato mundial de fútbol?

El fútbol es otro tópico que me tiene sin cuidado. Es un deporte que genera violencia e incentiva nacionalismos extremos y enfermizos.

Con respecto al pasar la vida buscando soluciones, ¿está usted seguro de no poder encontrarlas?

Si, tengo esperanzas de no encontrarlas nunca. Lo que importa es la búsqueda. Cuando uno se encuentra incomodo porque ha perdido u olvidado algo, es porque sospecha que en ese olvido hay una especie de grieta por la que uno va a empezar a olvidarse de todo y se va a desintegrar; y quiere recordarlo todo para asegurarse de que no este cayéndose a pedazos…

“A un ciego le quedan pocas cosas…”

¿Qué piensa encontrar después de la muerte?

Podemos estar tranquilos. Sospecho que, felizmente, no encontraremos nada. Podemos dejar de lado todos esos temores acerca del cielo y el infierno. Seria absurdo creer que Dios esta pensando en mí, como si yo estuviera pensando en una hormiga. Yo no soportaría seguir siendo Borges después de haber sido enterrado, sería una intolerable pesadilla. ¿Por qué insistir tanto con un ser pasajero, condenarlo a cargar con el peso de su propia memoria?

Dios, si existe, ¿no estará interesado en sus criaturas, como usted en los personajes que ha creado?

Yo no estoy interesado en mis personajes. Me olvido de mis libros una vez que están terminados, me interesan solo antes de escribirlos. Si yo fuera Robinson Crusoe estaría en mi isla desierta dedicado a la literatura y a la especulación metafísica. ¿Qué otro destino me queda? A un ciego le quedan pocas cosas y una de ellas es el trabajo, aunque tiene que realizarlo en condiciones bastante adversas. Yo, por ejemplo, cuando concibo un poema o un cuento tengo que esperar a que venga alguien a visitarme para poder dictárselo.

(En este momento aparece la empleada de servicio que retira el plato vacío y deja frente a Borges una gran taza de plástico llena de té con leche. El la toma entre las manos y bebe unos sorbos mientras fija en nosotros esos ojos débiles que, curiosamente, parecen verlo todo.)

Usted ha viajado hace un tiempo a los Estados Unidos, ¿Cómo ven allí la literatura latinoamericana?

La ven de un modo erróneo, piensan que es toda una. Yo insisto: la literatura latinoamericana no existe, por lo menos yo no creo en ella, me siento argentino y no latinoamericano…

¿Cómo encontró a los estudiantes norteamericanos durante las clases que dictó en los Estados Unidos?

Los encontré interesados pero creo que allá el sistema de enseñanza es erróneo. Ante todo hay una lectura obligatoria y la lectura debería ser un placer. Hablar de lectura obligatoria es como hablar de amor obligatorio, respiración obligatoria y latidos de corazón obligatorios. Los estudiantes leen solo lo que los profesores les indican y nada mas, les hacen aprender todas las cosas de memoria.

¿Y como encontró a la juventud en general?

Noté en todos ellos una gran soledad. Viven en un mundo muy burocrático. En Rusia supongo que se impone la esclavitud, pero en Estados Unidos sucede algo peor porque la gente busca esa esclavitud, está cómoda adentro de ella. Ellos lo llaman el “american way of life”; yo no entiendo como un país que fue esplendido en el siglo XIX ahora pueda dar una impresión de vida tan mecánica, tan vacía y tan triste…

Walt Whitman soñó con un pueblo de seres independientes y libres, gozadores del universo. ¿Usted piensa que estos sueños se han cumplido?

No, pienso que no se han cumplido. Ha ocurrido exactamente lo contrario. Yo pienso en esos hombres de genio del siglo XIX, que eran ante todo grandes individuos, yo pienso en Emerson, en Thoreau, Melville, Emily Dickinson. Pienso en ellos perdidos irremediablemente en un mundo mecánico, repetitivo, casi de espejos. Yo no podría vivir mucho tiempo allí. Ese “american way of life” es mas poderoso que los individuos.

¿Y los jóvenes que están buscando una alternativa?

Ellos, dejándose la barba y el pelo largo también están dentro del sistema, la rebelión tiene que ser algo mas inteligente que salir desnudo a la calle. Los que se creen rebeldes también son parte del sistema, del mismo modo que el infierno forma parte del cielo o el demonio es el reverso de Dios…

¿Qué opina de aquellos escritores como Baudelaire o Huxley que inspiraron parte de su obra en las experiencias con drogas alucinógenas?

Yo no creo en eso. Creo que De Quincey, el más ilustre de todos ellos, hubiera hecho igualmente su obra aun sin haber probado el opio. Ningún estimulante puede enriquecernos, solo puede darnos lo que ya tenemos. Nuestras experiencias, por limitadas que sean comparadas con la suma de todas las experiencias posibles, nos darán sólo lo que seamos capaces de encontrar.

(Las manos de Borges tantean la mesa. “¿Hay unas píldoras por aquí?” se las alcanzo, una pequeña y otra grande, ambas blancas. “Esto es una superstición mía, dice riendo, porque las tomo sin saber lo que son. Confío en el medico, pero a lo mejor es tan impostor y charlatán como yo…”)

(Mientras nos trasladamos a la salita contigua, Borges cuenta como, en el sur de Brasil, en Río Grande, le sucedió algo que lo marcó por el resto de su vida: vio matar a un hombre a balazos. Es quizá por eso que muchos de sus cuentos que relatan acciones violentas ocurren en esa zona. Estamos ya en los sillones dispuestos junto a una gran ventana)

“Las mujeres se creen el centro del Universo, pero éste ofrece otras posibilidades…”

¿Cómo relaciona su literatura metafísica con los nuevos conceptos de la ciencia?

Me interesé mucho en esos temas pero no llegué a profundizarlos. Yo soy casi incapaz de desarrollar pensamientos abstractos. Una vez intenté escribir una Nueva Refutación del Tiempo, pero me burlaba de mi trabajo al ponerle el titulo. Si el tiempo no existe no puede haber nada nuevo. Una persona me señaló la incoherencia y yo le dije: “Oh, caramba, fue una distracción mía, perdóneme…”.

He tratado de comprender lo que decían Russell y Einstein sobre los conceptos científicos e incluso he publicado algunos trabajos en revistas populares en torno a la cuarta dimensión y al espacio curvo, pero no tengo derecho a hablar sobre estos temas que van mucho más allá de mí. La gente me atribuye a veces una erudición que no tengo.

Con respecto al concepto de la memoria, que tanto peso parece tener en parte de su obra, los hindúes hablan de un registro “akáshico”, donde están contenidas todas las cosas que son, fueron y serán…

“Si, es la idea de la eternidad. El poeta irlandés Yeats también tenia ese concepto, probablemente tomado de los hindúes, y lo llamaba la gran memoria. Aunque yo creo que el se aferraba a esa idea porque en su vida personal era muy infeliz. Estaba enamorado de una mujer que no lo quería y renunció a muchas otras experiencias amatorias y eróticas pensando que eso no importaba porque el podía recurrir a la memoria “akáshica”. Un gran poeta no puede pasarse la vida pensando en una mujer, eso es algo enfermizo y limitado, se habrá dicho Yeats en su fuero interno. Lo que en realidad sucede es que las mujeres cometen el error de creerse más importantes que el centro del universo, pero el universo ofrece otras posibilidades.

(Borges nos muestra un grabado que cuelga de una pared de la sala y nos cuenta su extraña historia: “Mi bisabuelo acababa de morir cuando llamaron de urgencia al maestro pintor para que quedara un retrato del difunto. Le dijeron al artista de qué color eran sus ojos que ya estaban cerrados, le pusieron el uniforme y éste es el resultado: la viva imagen de un muerto…”)

La última pregunta es la siguiente propuesta: Imagínese a Borges, personaje de sí mismo, que logra regresar de la muerte, ¿Qué nos puede contar sobre ella?

Bueno, justamente en estos últimos tiempos ando viviendo esa aventura, en cuanto termine la historia prometo contársela con lujo de detalles.

lunes, 1 de agosto de 2011

¿QUE ES NAUFRAGAR?

Pensé que lo había perdido: un texto que escribí en La Perla en 1967, a los veinte años, intentando definir lo que entendíamos como un ejercicio de descubrimiento: Naufragar.

Pero, hojeando la colección del Expreso Imaginario, descubrí que diez años después lo publiqué como si fuera una carta de lectores en el N 3, firmada con el apodo que me puso un día Pappo: Tronano de la Fronta.

Hay momentos en que el sujeto llega a aceptar que el tiempo pasa sin cuenta: la continuidad de días y noches es sólo aparente, el abandono de los lazos de la realidad sistematizada y rutinaria lo sumerge en un mundo propio, generalmente utilizando como trampolín una noche sin dormir en la cual rompe el encadenamiento de la costumbre y depende de su sueño o de su hambre y no de la hora para comer y la hora para dormir. Se sumerge en su propip mundo , digo, y comienzan a surgir de su interior deseos que la rutina tapaba, nutridos por el particular impulso de la mente que no se embota sino al contrario, despierta de una manera nueva y mas libre. Es signode que empieza lo que se llama “divagación”, que es el pasar, sin intervención de la voluntad, de una idea o recuerdo o imagen a otro y después a otro y a otras, sin hilación ni pausas.

En este estado de “naufragio” comienza la aventura de la mente libre y también de la vida libre. ya que el sujeto es sensible a lo que puede aparecer y se entrega a vivir lo que se presente con todas sus potencias y libre de sus trabas.

Naufragar es amar cada segundo y cada cosa, dejar la mente en libertad para que divague a su antojo; vivir la alegría del mundo, la maravilla del amanecer.

Naufragar es dar lo que tenemos sin esperar nada a cambio, no entrar en el juego de la pérdida o la ganancia, de la acumulación de dinero.¿O acaso la naturaleza nos pide que le paquemos de alguna manera cada vez que nos dá algo?

Naufragar es entender que el robo, la mentiro o el creernos algo que no somos no es una cosa buena o mala, sino simplemente una estúpida pérdida de tiempo preciosos; es engañarse a sí mismo y por lo tanto estar muerto.

Naufragar es saber que somos lo que vamos siendo cada minuto, diferentes unos de otros, diferentes ayer y mañana de lo que somos hoy: ni más ni menos que los demás. Simplemente cada uno es como es, y al mismo tiempo lo mismo que todos a través del amor.

Tronano de la Fronta

domingo, 24 de julio de 2011

Agrotoxicos en el campo argentino

Pueblos en riesgo

Estudios argentinos muestran que hay mayor incidencia de cáncer y malformaciones congénitas en zonas en las que se usan pesticidas.

Por Andrea Gentil

Efectos directos. De acuerdo con los investigadores, los pesticidas están relacionados también con trastornos endócrinos y reproductivos.

San Nicolás, San Jorge, La Leonesa y Barrio Ituzaingó están lejos entre sí. En las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Chaco y Córdoba, más precisamente. Pero algo une a estas poblaciones, algo más fuerte que la simple ubicación en el mapa geográfico de la Argentina. “Son solo algunos de los lugares donde el aumento de casos de cáncer, malformaciones congénitas, trastornos endrócrinos y reproductivos se vienen sufriendo y detectando desde que las fumigaciones sistemáticas con agrotóxicos se volvieron algo cotidiano”.

La conclusión sale de la boca de los médicos e investigadores científicos que confeccionaron el informe del Primer Encuentro Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados, que se reunió hace poco menos de un año en Córdoba, y que este año tuvo una continuación en Santa Fe. En estas reuniones, grupos de médicos de diversas especialidades presentaron sus trabajos de investigación, estadísticas y casos referentes a personas que enferman, o que nacen con malformaciones producto, advierten, de los efectos dañinos de pesticidas y agrotóxicos.

“Si bien las manifestaciones de intoxicación aguda son la demanda cotidiana de estos pacientes, lo que más alarma a los médicos de los pueblos fumigados son dos observaciones principales: una mayor cantidad de recién nacidos que presentan malformaciones congénitas y muchos más abortos espontáneos que los que habitualmente se producían en sus poblaciones de pacientes. En segundo lugar, una mayor detección de cánceres en niños y adultos, y enfermedades severas como hepatopatías tóxicas y trastornos neurológicos”, explica el informe.

Lo que sucede con estos médicos es que conocen íntimamente a las poblaciones en las que trabajan; atienden desde hace años a la misma gente y están encontrándose, aseguran, con que la incidencia de este tipo de trastornos es, desde hace unos años, inusualmente alta. Después de investigar y analizar no dudan, y las vinculan con las “fumigaciones sistemáticas con plaguicidas”.

Casos. El médico pediatra y neonatólogo Rodolfo Páramo, se encontró en la ciudad Malabrigo, en el norte de Santa Fe, con que en el año 2006 hubo 12 nacimientos con malformaciones sobre un total de 200. Y ese mismo año cuatro chicos murieron debido a malformaciones congénitas en Rosario del Tala, Entre Ríos. En ambas zonas, dicen los médicos, había habido fumigaciones masivas con agrotóxicos.

Un ejemplo más. Pueblos del centro de la provincia del Chaco (Napenay, Gancedo, Santa Silvina, Tres Isletas, Colonia Elisa y Avia Terai) han tenido en los últimos años mayor cantidad de personas con insuficiencia renal, malformaciones congénitas, cáncer en habitantes muy jóvenes, abortos espontáneos y dificultad para concebir.

¿Cuál es la explicación a esto? Equipos de salud de las zonas dicen haber comprobado que todo se debe al mayor nivel de contaminación química del ambiente que trajo consigo la industrialización de la agricultura. Los pequeños algodonales desaparecieron, junto con el bosque nativo, y fueron ampliamente reemplazados por grandes emprendimientos agrícolas de tipo industrial, con la soja a la cabeza. Un tipo de agricultura que va de la mano con el uso de grandes cantidades de agrotóxicos.

Andrés Oliva, andrólogo de la ciudad de Rosario, halló en cinco pueblos del sur de Santa Fe que quienes manipulan agroquímicos presentan 2,5 veces más incidencia de disfunción eréctil, además de un notable aumento en la cantidad de estrógenos en sangre. Los estrógenos son las hormonas características del sexo femenino, y eso es lo que detectaron las investigaciones: una extendida feminización latente.

“Lo que sucede con estos trabajos es que coinciden con lo que ya habíamos encontrado en la literatura científica de otras partes del mundo, como la India –resume Medardo Avila Vázquez, pediatra y neonatólogo, exsecretario de salud de la Municipalidad de Córdoba, y a la sazón al frente de la Red Universitaria de Ambiente y Salud–. La verdad es que la gente se dio cuenta antes de que todo esto estaba pasando; hace alrededor de 10 años que hay pobladores que denuncian esta situación. Los médicos empezaron después sus investigaciones, y la medicina basada en la evidencia nos está dando la razón. Ya hay dos facultades de Medicina, la de la Universidad de Córdoba y la de la Universidad de Rosario, que han hecho investigaciones y se encontraron con estos resultados”.

De vieja data. “La exposición crónica a los plaguicidas se encuentra asociada a daños en la salud que incluyen neurotoxicidad, efectos carcinogénicos e inmunológicos, alteraciones de la reproducción y el desarrollo. Estos hallazgos se encuentran descriptos en individuos que están expuestos frecuentemente a diferentes mezclas de pesticidas, ya sea simultáneamente o en serie, lo que hace difícil identificar los efectos de cada pesticida en forma individual”, explican María Fernanda Simoniello, Elisa Kleinsorge y Marta Carballo, bioquímicas que trabajan en universidades de Santa Fe y Buenos Aires. Después de estudiar los efectos de plaguicidas sobre trabajadores rurales, las investigadores comprobaron que quienes están tanto directa como indirectamente expuestos a esas sustancias tienen dañado su ADN. Es decir, su material genético básico.

En La Leonesa, Chaco, la situación alcanzó su punto culminante después de que se instalara una arrocera que usa fuertes cantidades de plaguicidas para su producción. Los vecinos organizaron reclamos cada vez más fuertes, hasta que se formó una comisión oficial que estudió los contaminantes del agua.

Los resultados de un primer informe muestran que hubo un importante aumento en la cantidad de malformaciones congénitas en recién nacidos, de acuerdo con los datos del Servicio de Neonatología del Hospital J. C. Perrando de Resistencia. Si en el año 1997 la incidencia de las malformaciones había sido de 19 por cada 10.000 nacidos vivos, en el 2008 esa cifra saltó a 85 por cada 10.000. Los científicos destacan que cuando se superponen los mapas que muestran, por un lado, los casos de malformaciones y cánceres y, por el otro, uno que grafica cuáles son las zonas en las que más cantidad de glifosato se usa, "se nota claramente que las áreas de mayor incidencia son, al mismo tiempo, zonas sojeras con una elevada utilización de glifosato y otros plaguicidas".

“En la provincia del Chaco se reconoce, ahora oficialmente, lo que los pobladores venían manifestando desde hace muchos años: que la actividad laboral con agroquímicos o la exposición habitacional por vecindad está relacionada con problemas reproductivos, abortos espontáneos repetidos y graves malformaciones congénitas”, puntualizan desde la Red Universitaria de Ambiente y Salud, que congrega a una cantidad de médicos e investigadores de pueblos fumigados.

lunes, 11 de julio de 2011

EL LEJANO PARAISO IMPOSIBLE

Otra nota que publiqué en La Mano, hace un par de años, sobre Marley, los negros de América, el rastafarismo, y nuestra actitud de admirar a los negros lejanos y despreciar a los cabecitas negras.

¿Por qué Marley habla de “África Unite” y no de “América Unite”? Después de todo, nació y vivió en el Caribe americano, en un continente en el que hay millones de descendientes de africanos ya vueltos brasileños o panameños o cubanos o jamaiquinos. Y sigue siendo un continente en el que la sangre negra late viva y caliente, desde el barrio sur de Montevideo al carnaval enloquecido de Nueva Orleáns, pasando por las bajadas de Salvador de Bahía en Brasil o las esquinas ardientes de la Habana.

Algunos negros del continente sueñan con el regreso a África, de la que fueron arrancados hace quinientos años. Sueñan con un África ideal que no existió nunca y no ven el Äfrica real que ha sido arrasado por la colonización, la corrupción, la degradación ambiental, el hambre y las epidemias. Algunos americanos soñadores llegan a profetizar la llegada de un Mesías Africano, y no terminan de habitar el territorio en el que están, la tierra en la que viven. Es una condena que tenemos los inmigrantes a América, seamos del color que seamos. Le robamos las tierras a los indígenas, dejándolos sin hogar, sin Pachamama, sin raíces. Y no terminamos de aterrizar en el continente. Seguimos soñando con la tierra de nuestros antepasados, sea Italia o Senegal, Polonia o Cabo Verde. Casi todos en este culo del mundo somos importados, a la fuerza o voluntariamente. Y los rastas jamaiquinos, descendientes de africanos del oeste -como todos los esclavos negros de América-, sueñan con el rey etíope, de África del este, un negro distinto a ellos, casi árabe, con una religión que es una mezcolanza de Iglesia Copta Egipcia y Cristianismo primitivo. El eterno sueño, la zanahoria inalcanzable, el paraíso, la sociedad perfecta, etc. Los rastas decidieron que Haile Selassie, un salvaje dictador, era Jesús que retorna con otro nombre, para unir a los negros y sacarlos de Babilonia, el sistema moderno blanco y racista de poder mundial.

EN MEDIO DEL MAR AZUL

Jamaica, descubierta y colonizada por Colón en 1494, estaba habitada por indígenas pacíficos, los Arawaks, que vivían de la caza y de la pesca, hacían una agricultura básica

y vivían tratando de defenderse de los Caribes, violentas tribus del este del continente que canibalizaban a los varones de los pueblos sometidos. Los españoles trajeron muy pronto esclavos de África, ya que los indígenas eran rápidamente diezmados por las enfermedades desconocidas, y no resultaban buenos esclavos. En 1655 los ingleses capturaron Jamaica, y trajeron esclavos africanos en gran escala para aumentar la producción de azúcar. A comienzos del siglo dieciocho había unos 500.000 esclavos africanos en Jamaica.

Los rituales originarios de los esclavos fueron prohibidos, y con ellos las lenguas, la música y los instrumentos, especialmente los tambores por ser parte de rituales paganos. Hoy el 91 % de la población jamaiquina es negra, prov de la costa Este de África, Senegal, Camerún, Guinea, Costa de Marfil, etc.

GANJA, MAN

Después de la abolición de la esclavitud en 1838, se importaron trabajadores baratos de la India para las plantaciones de azúcar y banano. Los inmigrantes venidos de la India trajeron sus propias tradiciones, sus religiones, sus comidas, y sobre todo, la ganja, la cannabis de los ritos shivaistas de los sadhus que viven al borde del Río Ganges y dejan crecer sus cabelleras y barbas en matas interminables que no peinan nunca, inspiración para los dreadlocks de los futuros rastas.

¿Y LOS BLANQUITOS?

¿Qué vemos los blanquitos europeos descendientes de los dueños de Latino América cuando vemos a través de la cámara la pobreza de Trenchtown jamaiquino? ¿Qué vemos los chicos ricos que tienen tristeza, los Luca Prodan, los Indio Solari, los Charly Garcia o cualquier joven clase media como vos y como yo cuando vemos a Bob en un video jugando al fútbol en los basurales de Kingston, tan parecidos a los de Mumbai que muestra la reciente película Slumdog Millonaire?

Pensándolo bien, Marley también es un Slumdog Millonaire, un “perro de las villas miserias” vuelto millonario por un giro del destino.

Pero Marley, cuando triunfó, trajo consigo toda su comunidad, expuso su Trenchtown al mundo entero, la cantó y la representó sin maquillar en nada la miseria y la marginación. Marley les recordó a los patrones blancos –a nosotros- que “nosotros construimos sus cárceles, construimos sus escuelas y nos lavan el cerebro con su educación para volvernos estúpidos”. Nosotros – los que leen esta revista y yo- somos los patrones blancos de los wichis, de los mapuches, de los cabecitas negras de la villa 31, y, por extensión, del Trenchtown jamaiquino. Nosotros, los mariconcitos modernos del futuro que ya llegó, los artistas y críticos de la música popular, cualquiera que sostenga esta revista en sus manos, vivimos en un mundo diferente al de los chicos que juegan a la pelota como Marley en los basurales de Lugano, de Kingston, de Mumbai, de Ciudad de Mexico, de Nairobi…

Y yo soy el “crazy bald head” el loco de cabeza pelada y piel blanca que pasa al lado del pequeño Marley toba que juega a la pelota en el baldío detrás de la terminal de Retiro. Lo miro vagamente por la ventana del ómnibus, mientras escucho Rastaman Vibration en mi I Pod, y pienso en los maravillosos hallazgos sonoros de los Wailers, ese balanceo relajado que sale por todos los poros, ese perfecto acento de la guitarra, ese misticismo natural que fluye en el aire y me eleva hacia un mundo de sol, playa y alegría…

viernes, 17 de junio de 2011

¿QUIEN PINTÓ EL BISONTE EN LA CAVERNA?

Este poema lo escribí hace muchos años y lo dejé a un costado porque tiene cosas que no me satisfacen del todo. Lo publiqué en el Expreso Imaginario y después lo guardé y ahora decido publicarlo para que por lo menos circule, leerlo en público y ver qué camino toma.

¿QUIEN PINTÓ EL BISONTE EN LA CAVERNA?

Hermoso hermano humano

Trescientos billones de patos silvestres

pusieron sus huevos para vos.


Cuatrocientos mil años geológicos giraron

-polvo y hojas, carbono y viento-

para vos.


Un hombre de paso pesado y piel áspera

se apretó en la húmeda oscuridad de su cueva

e hizo el amor gruñendo para vos.


Y centenares de millones de células se reunieron cuidadosamente

alrededor de tu pupila

formando el suave pliegue de tu párpado

abriéndose apenas para dejar pasar el hilo negro

y protector de la pestaña

la curva delicada de una lagrima que se hincha

reflejando una chispa de sol.

¿Te parece real?

¿Fue cierto el esfuerzo del tipo de ojos juntos y frente saliente,

el cuerpo sólido que se refugió del frio del planeta

en un tiempo ya fuera de la memoria

-todo era hielo y viento y cielo que chilla

y miedo escalofrío que sube por las venas

y un puma detrás de aquel arbusto agazapado

la fruta agria del invierno total-

Y poco a poco,

recogiendo ramas, cuidando el fuego y cachorros temblorosos…

Hermoso hermano humano…

¿Adónde fue ese trabajo?¿quién hizo el plan?

¿Quién ordenó a tus células que se reúnan apretadamente

exactos racimos bailarines conectándose

tocándose e intercambiando jugos, claves, señales;

mensajes que tal vez llevan un millón de años esperando:

Cartílago, savia, pluma, hongo, gota.

vapor, piedra, insecto,

-un millón de años en viaje para graduar el flujo de tu aliento

o el largo de un pelo

o la curva de un ala frente al viento del sur-


¿Adónde fue ese trabajo hermano humano?

Ese dúrisimo trabajo que no figura en la contabilidad

ni en los ministerios;

que no va a la escuela ni duda ni miente;

Ese hermoso incalculable permanente trabajo

de tus uñas que crecen

de tus ojos que miran

de tus nervios que tiemblan eléctricos

a lo largo del árbol de la vida…

¿Quién ordenó ese trabajo?

¿Cómo se puso en marcha?


¿Qué tiene que ver con el autómata loco que camina, vacío,

por la calle trazada de metal y ruido?

¿Qué pasa con el hermoso humano preguntándose qué pasa?

Con las manos apretadas, los ojos que titilan

los teléfonos que aúllan, los autos que rechinan

y la célula paciente que sigue eligiendo el alimento en el aire

convirtiéndolo en sal para la vida

separando el fosforo del hierro

destilando el jugo mineral de tu saliva

mandando brillo a tus ojos:

Pelo negro, pelo rubio, hojas, plumas, nariz;

lunar en la espalda, labios gruesos;

alas verdes, antenas, garras, pies,

tallo inquieto en la brisa, dedo suave que palpa

dedo suave y sensible que repite el trazo

del bisonte pintado en la caverna.

viernes, 10 de junio de 2011

Borges, Tanguito y otros piratas en la Perla del Once

El baño donde se compuso La Balsa fue usado, unas generaciones antes, por los más grandes escritores argentinos.


“Los argentinos heredamos una mezcla de sangres, y tenemos gran facilidad para abrirnos al mundo, ser cosmopolitas. Tenemos que hacer algo nuevo, no debemos negarnos a nada. Tenemos que leer todos los libros, aprender todos los idiomas, conocer todas las experiencias de todos los hombres.”

Jorge Luis Borges, en “Borges para millones”

“Quiero viajar de todas las formas posibles, vivir de todas las formas imaginables. Quiero ser sol, quiero usar todas las vestimentas, hablar todos los idiomas, tocar todas las músicas, escuchar todas las músicas que existan.”

Javier Martinez, Nota “Manal”, Revista Pinap, 1969

Una caterva de jóvenes veinteañeros llenos de pasión por escribir, hacer música, pintar. Pasan noches enteras discutiendo y mostrándose los escritos, las ideas. Huyen de sus padres, de sus familias formales, del mundo árido de las academias artísticas y literarias…Sueñan con un mundo distinto, con crearse un lugar distinto, con un arte que se parezca más a la vida. Leen a los poetas ultraistas, a los poetas chinos de la Dinastía Tang, a Lao Tsé y su Tao Te King, investigan complicados libros esotéricos, adoran la “Misteriosa Buenos Aires” y sus poetas lunfardos, quieren crear nuevas formas de hablar y de expresarse, quieren tener la Visión Pura.

DECADA DEL VEINTE

Esos jóvenes, que se reunían en La Perla del Once en los primeros años de la década de 1920, eran Borges, Xul Solar, Raúl Scalabrini Ortiz, Leopoldo Marechal y algunos otros. Los atraía la figura magnética de Macedonio Fernandez, un escritor y vagabundo mucho mayor que ellos, que los asombraba con sus elucubraciones metafísicas y los estimulaba a pensar fuera de los cánones establecidos. En el velorio de Macedonio, treinta años después, Borges recordaría que "La certidumbre de que el sábado, en una confitería del Once, oiríamos a Macedonio explicar qué ausencia o qué ilusión es el yo, bastaba, lo recuerdo muy bien, para justificar las semanas" En esa misma ocasión, Scalabrini Ortiz destacó "en qué medida fue la de Macedonio una inteligencia destinada al milagro permanente de revelarnos zonas de la emoción, paisajes del espíritu".

Borges, mas tarde, hablando de Macedonío, dijo: “Un hombre que vive dedicado al pensamiento; y vive dedicado a pensar esos problemas esenciales que se llaman -no sin ambición- la filosofía o la metafísica. Macedonio vivía pensando, de igual modo que Xul Solar vivía recreando y reformando el mundo.”

Y en el prólogo para su amigo -y participante de las tertulias de La Perla- Santiago Dabove, Borges detalla: “Todos los sábados, durante un tiempo que acabó midiéndose por años, nos congregaba en una confitería de la calle Jujuy la tertulia, hoy casi legendaria, de Macedonio. A veces conversábamos hasta el alba; los temas habituales eran la filosofía y la estética. La pasión política no había devorado aún a las otras, acaso nos creíamos anarquistas individualistas…”

Macedonio, en un apéndice al Museo de la Novela de la Eterna, su libro mayor, recuerda que: “en La Perla… cada artista joven era un pensar de arte: ese nudo de inquietud y busca que traían todos, santidades y modificaciones de la Estética, quisiera estudiar uno por uno. Había los seguros como Xul Solar, E. Gonzalez Tuñon y R. Scalabrini Ortiz, Gonzalez Lanuza y los realistas y cientificistas o sociológicos en el arte, pero me prefiere atención estudiar a los torturados C. Mastronardi, R. Molinari, F.L. Bernárdez, Rega Molina, que tuvieron aventura de libro luego, y saber como les fue interiormente cuando tuvieron libro de su arte, del arte de ellos de cada uno de ellos.”

DECADA DEL SESENTA

“Ahí en La Perla se cocinaban muchas cosas: componíamos canciones, aprendimos y arreglamos el mundo en charlas interminables. De La Perla hacíamos las diecisiete cuadras hasta La Cueva; otro día empezábamos el periplo en el bar Moderno, que cerraba a las once, y seguíamos por Corrientes hasta llegar a La Cueva a la una de la mañana. Y a las cuatro volvíamos a La Perla. Horas y horas sin dormir, para ver qué pasaba. Ese fue el método de iluminación que utilizábamos; era una bohemia sana, sin drogas ni alcohol, con muchas ganas de vivir

El conservatorio de La Perla del Once fue real. Un conservatorio de música y letras. Yo nunca tuve que comprarme un método para estudiar la guitarra. Tenía un cuadernito y anotaba. ‘A ver, pará, ese acorde, hacelo de nuevo. Dejame que lo copie.´” Le contó

Javier a Victor Pintos

En La Perla no sólo se compuso “La Balsa”, también “Jugo de tomate” y el lado B del primer simple de Tanguito, “El Hombre Restante”, con letra de Javier y música de Tango, sobre el último hombre que queda vivo en un mundo en el que estalló la guerra nuclear, paranoia constante de esos años. Y se escribieron muchos temas más, como bien recuerda Litto Nebbia en el libro de Pintos sobre Tanguito: “En esas guitarreadas era increíble la cantidad de canciones que surgían, escritas por Javier, por Tanguito, por Moris, por mí.”

Probablemente los contertulios de los años veinte no descubrieron las virtudes acústicas del baño de La Perla, porque, salvo Macedonio, no eran guitarreros, y sólo Xul Solar desarrollaría después una faceta musical como parte de sus exploraciones místicas. Los de los sesenta, imposibilitados de entrar en un estudio de grabación, guitarristas y cantantes de calle y plaza, descubrieron en el baño de La Perla la posibilidad de aullar a todo volumen o hacerse coros a si mismo aprovechando la “cámara de eco” natural que proveen los azulejos. Por eso “La Balsa” fue iniciada en ese baño, en una de las tantas divagaciones musicales de Tanguito sentado en el inodoro, escuchando fascinado las ármonías que producía su rasgueo en el pequeño cubiculo.

LA INEXISTENCIA DEL YO

“El Tao que puede ser nombrado no es el verdadero Tao” se lee en el comienzo del Tao Te King, el libro fundamental del Taoismo y el budismo zen, que está continuamente recordándonos de que la realidad es un flujo inaprehensible, que las palabras y los nombres apenas señalan una realidad, no son la realidad, como el dedo que señala la luna no es la luna. Ese libro era una lectura cotidiana en La Perla del Once, y de esos descubrimientos surgieron varias canciones que hablan de la diferencia entre yo (una realidad viva) y mi nombre (apenas una etiqueta) “Hoy adivino porqué mi nombre no soy yo” dice Javier en “Hoy nací”, y continua, “Hoy, recién hoy, el sol me quemó, y el viento de los vivos me despertó”. Miguel Abuelo también habló, en su primer simple solista, “Oye niño”, de la diferencia entre la realidad fluida y las palabras y los nombres “Cuando mi nombre ya no exista, verás qué velocidad…oye niño, haz tu cabeza estallar” y en uno de los primeros temas de Los Abuelos de la Nada, Miguel canta una letra mía que dice “Me acerco a una piedra y la miro sin pensarla, la toco sin nombrarla, la toco, nada más”. La experiencia directa del mundo: “parar el mundo”, como decía el Don Juan de Castaneda, ver el mundo tal cual es sin la cortina de nuestro pensamiento. Y allí es cuando descubrimos aquello de lo que hablaba Macedonio, y que Borges buscó en el budismo y Xul Solar en el esoterismo: La inexistencia (o la ausencia) del yo. Lo que Macedonio llamaba La Visión Pura, que es el momento de la experiencia en el que todavía no hay experiencia; como las primeras percepciones de un recién nacido, un ´asombro de ser´, una ´singular perplejidad´. Hay un extraordinario análisis de “la ausencia del yo” según Macedonio dentro de un libro dirigido por Noé Jitrik, “Historia Crítica de la Literatura Argentina”, en un articulo de Diego Vecchio llamado “Yo no existo, Macedonio Fernandez y la filosofía”.

Parece mentira, pero esos escritos de 1920 ayudan a entender de qué hablaban las canciones de 1960, compuestas sin haber leido a Macedonio, que fue conocido muchos años después. O las canciones de los sesenta ayudan a entender a Macedonio.

En los sesenta sólo conocíamos, de aquella banda de escritores originales de La Perla, algunas cosas de Borges y los libros de Leopoldo Marechal, de cuyo “Banquete de Severo Arcángelo” Miguel robó el nombre de Los Abuelos de la Nada. Miguel estaba fascinado con los vericuetos de la búsqueda esoterico-mística de Marechal, y le quedó especialmente grabada la frase: “…sin sospechar que Pablo Inaudi me castigaría en su hora, que me llamaría Padre de los Piojos y Abuelo de la Nada, y que su castigo sería tan dulce como los panales del norte y las higueras del sur…” Pero esta historia de las Dos Perlas recién empieza a armar su rompecabezas ahora.

Otro buscador apasionado de verdades ocultas fue Xul Solar, que viajó por Europa tratando de comprender el “misterio de las catedrales”, misterio que también apasionó a Javier Martinez en su periplo europeo, cuarenta años después. Xul fue discípulo directo del maestro Rudolf Steiner, creador de la medicina antroposófica y la agricultura biodinámica, con cuyos discipulos en Alemania y Suiza trabajo yo hoy, investigando las energías que ayudan a crecer a las plantas y mantener sanos los ecosistemas. Nunca pensé, al componer el “Tema en flú sobre el planeta” con Miguel a los veinte años, que estabamos intuyendo el fluir del mundo natural que había entusiasmado a Xul décadas antes, tal vez sentado en la misma mesa de La Perla en la que estábamos nosotros.

Y Moris, durante su encendida lectura de Krishnamurti, filósofo que penetra en los secretos de lo que somos momento a momento, no imaginó que al componer en esos días aquella canción que dice “De nada sirve escaparse de uno mismo”, estaba tocando un tema sobre el que Macedonio, con su teoría del “Al mismo yoico” habia discurseado decadas antes sobre esas mismas mesas ante la mirada arrobada de una decena de veinteañeros locos que después se harían famosos.

LA SOCIEDAD DE LAS ALMAS NATURALES

Macedonio soñaba con armar una comunidad anarquista y pacifista, algo que cuarenta años después sería bandera de una generación. Dice Silvia Saita sobre su abuelo, Julio Molina y Vedia: “Don Julio era amigo de los padres de Borges y de Macedonio Fernández, con quien hay una oscura relación con una fundación de una colonia anarquista en el Paraguay… (hay) cartas de Don Julio a Macedonio ofreciéndole, él tenía cien personas listas para ir a la comunidad que (Macedonioy otros) estaban organizando”.

Macedonio, intentó organizar lo que él llamaba “Sociedad de las Almas Naturales” o “Sociedad de los Amigos”, y en algún momento “un grupo de intelectuales se reune secretamente para ultimar los planes de un Movimiento Social Pintoresco”.

Un intento más delirante sucedío, cuarenta años después, cuando el grupo de músicos que se reunía en La Perla viajó a una quinta en Montegrande para pasar una larga temporada de exploración psicodélica y libertad sexual lejos de la “guerra de ambición”, intento que quedó retratado en “Una casa con diez pinos” de Manal.

En ese periódo Javier pasaba horas inventando un nuevo idioma, imponiendo palabras como “copar”, “la pálida”, o frases coloquiales del estilo de “¿Cómo viene la mano?” Javier tenía la teoría de que había que crear un nuevo lenguaje, que reflejara nuestra visión del mundo. Quería imponer nuevas medidas de tiempo (un “senever”, que es desde que te levantas hasta que te levantas la próxima vez, que puede tomar cuatro horas o tres días) y de distancia (un “cansancio”, que mide desde que empezás a caminar hasta que te cansás, cosa que depende de tu estado y varía continuamente). Javier insistía con que había que tener medidas “más humanas”, que no dependieran del “metro patrón” que está en un museo de París. Muchos años antes, Xul Solar se encerraba desarrollando la “Panlingua” (el idioma de los idiomas), para lograr una comunicación natural.

En La Perla del Once, un gran local en un de los puntos mas activos de la ciudad, grupos de jóvenes de veinte años tratan de inventar un mundo diferente y descubrir los secretos de la vida. Es una historia que tal vez, recién comienza…

martes, 31 de mayo de 2011

ELOGIO DEL AUTOCULTIVO

Elogio del autocultivo
La soluión para el narcotrafico: ¡plántela ud. mismo!


Este verano los medios repitieron las imágenes de multitud de pibes muy borrachos agarràndose a piñas descontrolados a la salida de los boliches. Esta clase de diversión, con sus peleas y sus vómitos, es algo que ya vi en Australia, Londres, Bonn y Paris, como si fuera una onda planetaria. No sé porqué se puso de moda darse vuelta con cerveza o vodka, pero los resultados son realmente idiotas. Si estás perdidamente borracho no podés hacer nada, ni coger ni cantar, sos un pobre muñeco sobre-emocionalizado y no estás entendiendo mejor el mundo que te rodea o a vos mismo, que es el objetivo del uso de cualquier “sustancia psicoactiva”.
A menos que lo que quieras sea borrar tus miedos por un rato, sentirte fuera de este mundo careta, olvidar que pronto vas a ser uno mas de los esclavos del sistema, dentro de poco te vas a casar y vas a empezar a pensar en la jubilación. Mucho de eso debe haber en esos pibes que quieren juntar algunas anécdotas de juventud, antes de entrar en la máquina de picar carne. No hay una intención “aristica” en el alcohol, como ha habido en tantos escritores y músicos desde el tango y las vidalas hasta gran parte de la novela norteamericana del siglo XX. Pero estos pibes se pierden la oportunidad de hacer algo consigo mismos y con los litros que se meten adentro.
De todas maneras el alcohol tiene lo suyo. He visto montones de tipos talentosos y de gran corazón flotando en un mar de ginebra o whisky, sin poder armar sus vidas y su música, vomitando en los baños y en las camas abrazándose una y otra vez murmurando llorosos, “Hermano, vos sos mi hermano”, como en un episodio de los Simpson, en la taberna de Moe.
La marihuana es mil veces más interesante que el alcohol, y no es peligrosa. De hecho, el alcohol esta presente en muchos más crímenes y situaciones violentas que cualquier droga conocida, y es legal. El alcohol tiene permiso para sponsorear eventos, pero la marihuana, mucho más inofensiva, no. (Imaginate un mega evento presentado por Cannabis Music en Velez!)
Si fumaramos porro con la actitud de quien toma un buen vino, degustándolo en un ambiente tranquilo, encontraríamos que es uno de los grandes descubrimientos de la humanidad.
En realidad, la humanidad viene drogándose desde el principio de los tiempos (lean Escohotado, Hoffman, Huxley, Patanjali). Hay quienes dicen que los saltos evolutivos del hombre están relacionados con el descubrimiento de drogas psicoactivas. A mi me parece más razonable pensar que se trata de una evolución sincronizada: el hombre, como los animales, descubre las plantas que necesita, e investiga la manera de prepararlas y la oportunidad para tomarlas..
Los chamanes vienen guiando a los humanos -desde el principio de los tiempos hasta hoy- en la búsqueda de la comprensión del mundo del que formamos parte. Y el mundo actual, ademàs de peligroso e incomprensible, como lo era para nuestros ancestros, es engañador: Parece entretenido. Parece interesante. Parece tener sentido. Podemos distraernos, entretenernos hasta morir. Pero no. Hoy en día es cuando más nos falta encontrar el camino para salir de la telenovela de ficción futurista en la que vivimos inmersos, esta especie de Matrix berreta que no satisface a nadie.

ESCAPARSE DE UNO MISMO
De nada sirve tratar de escaparse de uno mismo, ya lo decía Moris. Y lo decía en una época en la que algunos empezamos a probar drogas espantosas, como el Desbutal, el Romilar o el Mandrax, pastillas y jarabes que te dejaban hecho un omelette baboso y tartamudo, y salías de la experiencia, tan idiota e insatisfecho como entrabas. Yo he visto a las mejores mentes de mi generación tratando de hilar tres palabras seguidas, con la mirada opaca y perdida, paranoicos e incapaces de una erección decente o una alegría espontánea. Sin embargo, en ese momento pensabamos que èramos lo más, que eramos los capos de tutti cappi, los tipos màs lucidos del planeta.
He visto a Tanguito arrastrandose por la Galería del Este como un descerebrado, a Pappo repitiendo frases inconexas en la cocina de mi casa, a mi mismo nadando en un mar de miedo y confusión, sosteniendo conversaciones gomosas y neblinosas con Miguel Abuelo, como si vivièramos en una interminable película fuera de foco y de sincro.
Ahora ya pasaron muchas substancias bajo el puente, muchos tipos maravillosos quedaron colgados de las palmeras de Plaza Francia, muchos están todavía en el país de Nunca Jamás, otros son ceniza en un cementerio, pero hay algunos que trataron de sacar una enseñanza de todo esto.
Los budistas dicen que es inútil tratar de estar satisfecho en este mundo, y además, no hay otro. Esto es lo que hay. This is it. No hay salida. El mundo es frustración, dice Alan Watts. Lo que amàs se va o se muere, el jueguito electrónico te aburre pronto, los políticos mienten. A las bellezas se les caen las tetas, los hijos no salen como esperabas, el éxito es un fracaso. De nada sirve escaparse de uno mismo. O aprendés a vivir aquí o fuiste. Tu mundo va a ser lo que vos hagas de èl, y no hay soluciones màgicas.

LA GRASA DE LAS CAPITALES
Lo peor que hay es el narcotráfico. Hoy ya no lo hacen unos flacos que se fueron a Paraguay y traen un poco de grass para pagarse el viaje. Hoy está manejado por unos carteles formados por individuos espantosos que no tienen nada que ver con la expansión de la conciencia o los viajes espirituales. Lo que les interesa a estos monos son los coches de lujo y las super lanchas y las modelos y las armas de última generación y los pisos en Puerto Madero y las chicas también de ultima generación de implantes. No es el mundo luminoso de Bob Marley sino el capitalismo más crudo y salvaje, la expresión más violenta, superficial y despreciable de la sociedad global, tal como lo pinta graciosamente la telenovela colombiana “Sin tetas no hay paraíso” o, en un tono mas crudo, “La virgen de los sicarios” de Fernando Vallejos.
Es bueno recordar que la cocaína, que es elaborada con solventes y químicos tóxicos en laboratorios truchos, es la droga que se consume en el Congreso Nacional, la droga de los políticos, de los torturadores, de las fuerzas de (in)seguridad y de todos los personajes que navegan en el gran mundo de corrupción y violencia, pasados de rosca y dispuestos a todo. Cuando almas puras –como los músicos y los escritores- se internan en la ruta de las líneas blancas el resultado es generalmente nefasto y no hace falta para corroborarlo deschavar ejemplos que todos conocemos. La aspiración de cocaína no inspira en lo màs mínimo, màs bien acelera la expiración.

EL REGRESO A LA TIERRA
Y porque he visto todo esto quiero elogiar a los jueces Eduardo Freiler y Eduardo Farah, que despenalizaron el auto-cultivo en el caso de una pareja que plantaba para su propio consumo, declarando Inconstitucional el articulo de ley que penaliza la tenencia de cultivo para consumo personal.
Y quiero elogiar el auto cultivo y sus defensores porque para fumar el porro que plantaste hay que estar atento, lúcido, relajado. Hay que saber elegir una variedad, preparar el suelo o el sustrato en el que se planta, calcular la luz y la temperatura, proveer agua y fertilidad. Hay que aprender a podar, tarea llena de amor y cuidado. Aprender a cosechar, a secar.
La extraordinaria revista THC o el libro Sativa, rebosantes de información, están al alcance de cualquiera para guiarlo en el camino del “regreso a la tierra”. Volver, aunque sea en una escala diminuta, a estar pendientes de los ciclos naturales. Aunque se trate de un sustrato en vez de tierra y unas lámparas en lugar del sol, el regreso a la atención cuidadosa de las plantas, algo a lo que la humanidad se dedicó durante milenios y abandonó muy recientemente. Es una actividad sanadora. Y es bueno consumir productos sanos, que sabemos de donde vienen. Como le cantaba Miguel Abuelo a Tanguito: “Hoy seremos campesinos”