lunes, 16 de enero de 2012

LA LENGUA DE LA TIERRA

Aprovechando que hay un intenso movimiento de cantautores en nuestros pagos, y aprovechando también que hay un renacido interés por la ecología, el yoga, las drogas alucinógenas y las experiencias místicas, me parece oportuno reflotar la lírica de un grupo que en los sesenta inspiró a tipos tan diversos como Los Beatles, Led Zeppelin, Caetano Veloso y Silvio Rodriguez, haciendo un viaje por las letras del dúo escocés Incredible String Band. Robin Williamson y Mike Heron desarrollaron una poética incomparable. Veamos por qué. En esta nota todo lo que está en itálica pertenece a sus canciones.

Nuestra lengua materna es el español, la de Incredible String Band es el inglés. Sin embargo, la verdadera lengua de todos nosotros es la canción que nuestra madre canta, y nuestra madre es la Tierra, y esa canción, esa lengua, es un secreto que nosotros tratamos de sentir, conocer, entender o escuchar algunas veces. Como dicen los Grateful Dead: "Tapa mis oídos para oír la melodía y cierra mis ojos para ver la luz".

¿Ver qué? “La luz única, la luz que es una aunque las lámparas sean muchas. La luz que no puede ser vista con los ojos de esa canasta limitada con piel que somos. La luz clara bajo la cual podemos danzar sin movimiento”. La luz de la meditación, del éxtasis. Aquella energía que está “vibrando, brillando, en silencio, sin pensamientos”. La "luz interior" a la que los Beatles nombraban, tomándola de los Upanishads. Desde los tiempos prehistóricos los hombres comunes -y algunos profesionales, como los santos, los yoguis y los chamanes-, buscan esa sintonía, esa luz, esa melodía, buscan encontrar a Dios, a la energía, a la “raja entre los mundos”.

Robin canta. “Vivimos en un torbellino, tratando de agarrar la realidad, de amigarnos con el cuerpo de la vida, para volvernos amantes para quienes la vida está completa”. El Don Juan de Castaneda, hablando acerca de Don Genaro, dice algo muy parecido: "Don Genaro está abrazando la tierra, aunque siendo tan pequeño, sabe que no puede tomarla toda. Pero Genaro sabe que la tierra lo está cuidando, y dondequiera que él va, su vida está completa".

¿Qué es lo que hace la vida completa? Estar en éxtasis, enamorado de la vida, entregado en la “lección de fluir”. Reconocer que nos mueve esa vida, esa energía que mueve todo: “Todo lo que se mueve / es movido por sus manos / ella se refleja eternamente / en la vida de la tierra / en la construcción de los pensamientos/ en el movimiento de las arenas".

La vida es una totalidad. No está partida en reinos separados, no viene etiquetada: "humano", "vegetal", "océano", etc... Es nuestro cerebro el que hace las distinciones, el que pone los nombres... Nuestro cerebro, que está construido con los mismos elementos que el mar o las plantas, proviene de lo que comemos y volverá a la tierra cuando hayamos muerto. Es todo un sólo río de vida atravesándonos, siéndonos. Cambiando formas. Todo disuelto en una gran ola, una y otra vez. La ola se forma, toma su nombre y poco después desaparece. Cada cosa que vemos no es más que un instante de esa ola, una forma pasajera. "Nama Rupa", dicen los hindúes: “Nombre y Forma”; todo lo que existe es solamente un nombre y una forma pasajera, impermanente.

Pero no son sólo elementos materiales los que al cambiar dan existencia al mundo como lo conocemos. No son sólo procesos químicos y físicos. Hay una serie entera de energías desconocidas, de vibraciones y respiraciones con los que algunas veces podemos armonizar o llegamos a visualizar o sentir. Porque tal vez es verdad que, como dicen los budistas, estamos aquí para que el universo pueda ser consciente de sí mismo.

“Pelo negro, pelo marrón; pluma y escama, semilla y estambre, y todas las innombrables formas de vida, pongan sus nervios vibrantes en mi dirección y sientan la energía que proyectan mis células” dice Heron en “Una canción muy celular”. Todas las criaturas están respirando el mismo aire, vibrando la misma energía, pero nosotros casi nunca tenemos conciencia de esa integridad. Estamos aquí atrapados en la distracción diaria, "esclavos del tiempo, viendo sólo lo que podemos ver, viendo raramente lo que realmente es real”.

Pero hay veces en las que “el libro de la vida se abre para nosotros, y no hay más secretos”. Cuando esa “puerta del suave misterio se abre, cuando encontramos la puerta detrás de nuestra mente”, entonces podemos reconocer esa realidad. Patanjali, el filósofo hindú que sistematizó todas las experiencias de yoguis y místicos de la tradición india en el año 500 antes de Cristo, dice que ese poder "puede ser innato en las personas, o ser producido por las drogas, los encantamientos, el ascetismo o la meditación". ¿Quién puede dudar que la Incredible String Band -como mucha otra gente en los sesenta- practicó todas esas maneras de tratar de abrir las puertas, aunque la práctica fuera llevada adelante de un modo intuitivo, experimental y algunas veces demasiado loco?

“¿De qué formamos parte?” se pregunta Williamson. “¿Qué es lo que somos?” Muchas cosas se descubren por la permanente e independiente concentración en la "pregunta medianamente importante" que Incredible repite una y otra vez. Patanjali también subraya que la atención en la vida diaria abre la puerta a la visión del mundo como realmente es.

En la ISB hay una constante atención a esas preguntas que realmente importan. Hay un permanente intento de abrir esas puertas dentro de la mente. Una y otra vez los de ISB vuelven sobre el interrogante fundamental:"¿De qué formamos parte?, se preguntan. ¿Qué es lo que somos?

Sus canciones muestran distintas versiones de esas preguntas para las cuales no hay respuestas en palabras. La ISB parece encarnar la frase de los monjes Zen de California, que dicen: "Yo no tengo ninguna respuesta, pero ciertamente admiro la pregunta".

HIPPIES Y POETAS

Viéndolo en su totalidad, y especialmente en el período 1966/70, el de Incredible es un maravilloso cuerpo de trabajo poético con una amplia variedad de aspectos, siempre rondando la integridad de la naturaleza, la experiencia espiritual, y lo que ahora llamamos Gaia, la Tierra viviente.

Robin y Mike hablan con poesía, como si fuera mejor no tratar de definir con teorías los estados espirituales. Esos estados y conocimientos pueden ser transmitidos por medio de la “intensificación del lenguaje” que es la poesía.

"Colocando tus pies donde la arena aún no ha sido pisada, el océano que sólo comienza..." "Si no contestas este acertijo, nunca comenzaras..." Comenzar y no comenzar... “Nunca comenzaras”, nunca estarás fuera del tiempo, libre de comienzos y fines, libre del engaño de Maya. Es el mismo misterio, como la arena, siempre cambiando, pisada una vez, lavada por el mar, virgen nuevamente....

Hay una olvidada frase de Robin que refleja la esencia del descubrimiento de los budistas: "todo lo que podemos hacer es morir". La muerte es la única realidad porque la vida es constante cambio y disolución, impermanencia. Todo está muriendo constantemente. Pero como bien dice Robin, “lo opuesto también es verdad”: El océano y el mundo están únicamente comenzando, constantemente naciendo. Nunca he visto una imagen tan hermosa: “El océano que únicamente comienza”. El univeso nace a cada instante.

UN MUNDO POLIFONICO

La vida es increíblemente dinámica en ISB, todo lo que habita sus canciones está vivo y transformándose. Es la visión de un universo orgánico, vibrando lleno de procesos que suceden simultáneamente en una sincronicidad que nunca es posible comprender completamente, tan grande es su diversidad e interconexión. El impacto que quisieron lograr los Beatles en Sargent Peppers, la sensación de simultaneidad y diversidad, las melodías que entran dentro de otras los ritmos que se disuelven, los sonidos que aparecen y desaparecen, todo esa multitud de sensaciones está inspirada en lo que Paul y John, -sobre todo Paul-, escucharon fascinados en ISB

Como el mundo biológico, el mundo de Incredible es polifónico y allí todo está mezclado: el pasado, el futuro y el ahora son un mismo momento. Canciones de cuna y adivinanzas (acertijos) cruzan armonías hindúes y tonadas del folklore celta, dioses de todas las tradiciones viven juntos en el templo de la naturaleza que no es diferente de las estaciones de la mente. "Sueña un mundo todo viviente, conspirando, zumbando como una colmena. Sueño un mundo todo viviente: lo sueño como si fuera yo. Elevándose en hojas hermosas y tiernas, brillando en ojos innumerables, y la dulce canción de las ballenas, debajo del mar".

Y, para rematar la canción, amor y respeto por el milagro: “Si yo pudiera cantar sólo una canción, la cantaría para celebrarte". Este mundo impermanente y pasajero de Maya no debe ser despreciado, es un permanente milagro, “es un campo de juego para los gozosos jugadores.”

EL MODELO PERFECTO

Como síntesis Robin hace una declaración ecológica y mística: "No permitiré que alaben a quienes rompieron la armonía global en fragmentos astillados, y sin embargo, ellos forman parte de un modelo perfecto, complementando armonía con discordia, y luz con oscuridad".

Somos nosotros los que hemos perdido contacto: “El mundo perdió su unidad en nuestras leprosas visiones. Cuando nacimos, no teníamos cabeza, y nuestras luces saltaban para saludarse la una a la otra”. Pero comenzamos a caer en las inevitables trampas del ego y la separación. Ahora estamos todos "mirando al mundo como un espejo roto, viendo nuestras propias caras reflejadas". Y sin embargo, “en nuestro rostro están todos los rostros, y cualquier lugar será nuestro hogar natal”.

Sentimos que hay “un diseño cósmico, un modelo que complementa oscuridad y luz. Ese es el antiguo diseño que viaja lejos a través del tiempo, el que nuestras hermanas de mirada profunda y nuestros hermanos de todos los tiempos reunidos aquí (en las nuevas tribus) tratan de encontrar”. Eso fue escrito en 1968. En algún momento mágico nosotros creímos haber encontrado ese modelo y haber entendido ese sentido de la vida, y tratamos de vivir de acuerdo con él. Pero tal vez no estábamos listos para la misión, y nos perdimos de nuevo en el torbellino de egos y responsabilidades. O quizás sólo es posible entrar en contacto con ese gran diseño cósmico en breves momentos, a través de la meditación, del éxtasis amoroso, de los rituales, de la poesía, de las canciones.

Sea como sea, esa es ciertamente otra historia. Esa cuestión “medianamente importante” no es algo que sólo Robin y Mike deben responder, es una pregunta pendiente para todos nosotros. Después de todo, “estamos aquí todavía, algunas veces dejando las cosas importantes para después, otras veces despiertos, mirando y aprendiendo como niños pequeños”.