Misterios del Planeta
VIVO EN EL UNIVERSO
No hay duda de que vivo en el Universo. No hay límite entre el aire que me rodea y el espacio vacio que contiene a las galaxias. Cada célula de mi cuerpo y mi cerebro se formó con materia que viene viajando desde el Big Bang atravesando mares estelares para llegar aquí. Y tarde o temprano todo lo que forma esto que llamamos Pipo se integrará de nuevo a los mares estelares y terminará quien sabe donde en la inmensa noche iluminada del cosmos. No soy más que una parada pasajera del océano de energía y materia: pronto sonará la campana y el tren volverá a su viaje infinito, un viaje del cual todos somos parte.
Vos y yo estamos compuestos por la misma combinación de átomos, con algunas leves diferencias, apenas, para justificar que vos, por un periodo de menos de cien años, te llames distinto y tengas tu cara especial y tus caprichos personales.
Vos y yo vivimos en el universo, y tal vez haya otros en otro lado. Hace unos días, uno de los personajes más interesantes que andan sobre el planeta, el astrofísico Stephen Hawking, el científico paralizado en una silla de ruedas que tiene una vida más intensa que la mayoría de sus congéneres a quienes todo le funciona bien, ese que aquejado de una esclerosis que le impide mover su cuerpo, está volando más lejos que nadie, de vez en cuando se larga con alguna declaración (habla a través de una computadora), dice algunas frases que causan revuelo. Esta vez dijo que en este interminable universo, en el que hay millones de galaxias que contienen millones de sistemas solares cada una, puede haber lugares en los que alguna forma de vida se haya desarrollado, como nosotros evolucionamos en el ambiente contenedor y favorable del planeta Tierra a partir de los mismos elementos que están esparcidos por el cosmos. Yo estoy de acuerdo. Creo como él que la vida humana es una anécdota en el inconmensurable vacio, y que es bueno que así sea. Está bueno saber que pertenecemos a algo más grande, y que nuestro pequeño ego no vale mucho en el gran panorama. Y que tal vez seamos sólo una de las incontables vidas que existen allá afuera.
Ya sabemos más allá de toda discusión que los humanos evolucionamos a partir de los materiales que nos rodean en este Jardín del Edén que habitamos (y destruimos). No somos nada especial, sólo una combinación muy eficiente de células que produjo una máquina neuronal de increíble sofisticación, que nos ha permitido construir aviones y bombas atómicas, inventar religiones y teorías sociales, escribir poemas, cantar rock and roll o jugar al fútbol.. El placer sexual, la admiración de la belleza, el éxtasis mistico o psicodélico, todos nuestras maravillas son producto de las mismas neuronas evolucionadas a partir de los mismos pocos elementos que ya estaban allí, desde el Big Bang.
Y puede haber otras evoluciones allá lejos, afuera de la cascarita de atmósfera que nos protege y permite la vida aquí. Vaya uno a saber cómo serán, si es que los hay. Yo le escapo a las teorías conspirativas que dice que los gobiernos ocultan información sobre los extraterrestres: me parecen aburridas y distractivas. Nos sacan del aquí y ahora. Si hay algo o alguien, ya los veremos. Mientras tanto, no me voy a enrollar con teorías indemostrables, siempre hay alguno que cree que sabe más y quiere darse importancia con los secretos que la NASA oculta pero él sabe. El día que aparezcan, veremos. Hawking dice que va a pasar como cuando Colon descubrió América, que no fue nada bueno para los nativos del continente. La civilización más poderosa siempre arrasa con la más débil y se lleva los recursos. Probablemente Hawking vio la película Avatar, donde tampoco les va bien a los nativos. Pero de todas maneras, veremos cuando el día llegue.
Mientras tanto, me apasiona más pensar (tomar conciencia de) que vivo en el universo. Que, como dice una excelente nota del diario Crítica “las imágenes que envía el telescopio espacial Hubble nos recuerdan que no pertenecemos únicamente a un club de fútbol, a un barrio, a una ciudad, a un país, incluso a un planeta. La humanidad pertenece a una instancia aún mayor: juega en una cancha más amplia y muchas veces olvidada conocida como “universo”.”
Cuando, el 21 de septiembre de 1967, yo andaba entre los melenudos de plaza San Martín (Miguel Abuelo, Pappo, Tanguito, el colorado Rabey, Pomo, etc) con un pin hecho a mano que decía “Vivo en el Universo”, intuía vagamente estas cosas. Quería decir que en mi mundo no existen fronteras, que somos lo mismo, que hay - como dice Hamlet- mucho más que lo que sueña nuestra sabiduría, mucho más que lo que controlan nuestros pequeños egos. También quería decir (y lo decía) que hay mucho en mí que funciona sólo, regido por leyes que ningún humano puso en marcha, leyes que la física, la medicina y la química tratan de desentrañar. “Mirá mi mano”, le dije una vez a Sonia, La Princesa Dorada. “¿Qué es lo que construye esta maravilla y la hace funcionar?”. Hoy entiendo -si es que realmente entiendo- que mi mano forma parte del mismo misterio que el Big Bang. Que nosotros estamos jugando en nuestro pequeño corralito en una margen de una galaxia entre millones, mientras alrededor se crean y destruyen sistemas solares, aparecen agujeros negros…Estamos aquí, románticamente mirando la luz de estrellas que han muerto hace mucho, poniéndole s nombres y jugando a comprender, jugando a ser poderosos, jugando a lanzar naves espaciales para dominar y someter el espacio como hicimos, torpemente, con nuestro diminuto planeta. Mientras tanto, el Hubble fotografía –vean las páginas hubblesite.org o lanasa.net- los dramas y las danzas interestelares en un universo en permanente ebullición, compuesto en su 75% por “materia oscura” que no podemos ver, de la misma manera que nuestro cuerpo está compuesto de protones y neutrones que no podemos controlar. Estamos en un mundo desconocido, mirando y aprendiendo como niños pequeños, agarrados al oso de peluche de nuestras creencias y pequeñas vidas.
Esto es lo que somos, acá es donde estamos. No hay más que eso. Increíble milagro.
lunes, 10 de mayo de 2010
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El próximo misterios del Planeta, que sale en estos días en La Mano. Uno de los sentidos de hacer un blog es que contenga notas que publico y me gustan, para que esten accesibles a la gente que no es lectora de La Mano
ResponderEliminarAhora estoy laburando, pero ya lo leeré. Buenísimo que hagas esto Pipo, un abrazo!
ResponderEliminarPipo, es tu viejo amigo Rosso. ¡Bienvenido al universo del blog! ¡Y nada menos que con un posting planetario! No esperaba menos de vos, un arquero amante de la risa. Un gran abrazo y levanto la copa por muchos postings futuros. Alfredo
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